martes, 23 de septiembre de 2008

Politicas del Conalep



Misión

Somos el Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado de Querétaro, formamos Profesionales Técnicos, a través de un Modelo Académico flexible, pertinente, humano y de calidad a egresados de Educación Básica.

Ofrecemos servicios de capacitación al Sector Productivo de Bienes y Servicios, brindamos apoyo y atención a la comunidad. Contribuyendo así, al objetivo de otorgar Educación para el desarrollo del Estado.

Visión

Somos una institución líder y de vanguardia, ejemplo en materia educativa, de calidad y gestión, reconocida y valorada por la sociedad, donde el desarrollo humano representa nuestro principal valor, contribuimos al progreso del país.

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El sistema se caracteriza por formar Profesionales Técnicos Bachiller, que cuentan con los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que garantizan su incorporación exitosa al mundo laboral, su acceso competitivo a la educación superior y el fortalecimiento de sus bases para un desempeño integral en su vida personal, social y profesional.


POLITICA DE CALIDAD


QUIENES CONFORMAMOS EL SISTEMA NACIONAL DE COLEGIOS DE EDUCACIÓN PROFESIONAL TÉCNICA, TENEMOS COMO COMPROMISO REALIZAR UN TRABAJO PROFESIONAL EN LA PRESTACIÓN DE NUESTROS SERVICIOS EDUCATIVOS; SUSTENTADO EN VALORES INSTITUCIONALES Y ORIENTADO A LA BÚSQUEDA PERMANENTE DE UN MAYOR IMPACTO SOCIAL DE LOS MISMOS, CUMPLIENDO LOS REQUISITOS DE NUESTROS CLIENTES, ASÍ COMO LOS LEGALES APLICABLES, MEJORANDO CONTINUAMENTE LA EFICACIA DEL SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD CON APEGO A LA NORMA ISO 9001:2000

El aprendizaje como la enseñanza son dos componentes importantes de la educación formal. Tradicionalmente, el papel fuerte en la educación lo ha llevado la enseñanza, donde el profesor es quien construye y desarrolla la instrucción del conocimiento de manera tal que se potencie su transferencia. Esta aproximación a la enseñanza, mas no al aprendizaje, implica que el conocimiento esta separado de la mente humana y por lo tanto se transfiere al estudiante mediante un ambiente educativo centrado en el profesor; quien funciona como experto en el área de conocimiento, portador de un contenido cognitivo, mientras el estudiante toma el papel del receptor, generalmente pasivo, de lo que el profesor quiere o desea transmitir con base en algún programa curricular.

Por otro lado, el aprendizaje tiene al estudiante como principal protagonista. Quien, más que receptor inactivo de un contenido, es un actor orgánico. Es decir, el conocimiento como materia prima de la educación, no es transferido sino provocado en el estudiante de tal manera que se logren cambios individuales en la experiencia de cada persona. Cambios que van desde los aprendizajes cognitivos hasta los emocionales y psicomotores. De aquí que, en ambientes donde el aprendizaje es esencial, la educación se vuelva más centrada en el estudiante y menos dependiente del profesor, quien a la larga pasa de ser el dueño de la instrucción a ser un facilitador de las experiencias de aprendizaje. O lo que es lo mismo, el alumno deja de ser el receptor, generalmente pasivo, de lo que el profesor quiere o desea transmitirle, para convertirse en el gestor de sus aprendizajes. Y aunque aparente un rompimiento de la relación alumno-profesor o enseñanza-aprendizaje, en realidad, semeja un paradigma diferente de la educación; donde se corre el centro de la actividad educativa de la instrucción a las experiencias de aprendizaje. Y es que el papel tradicional del profesor pasa de simple transmisor a administrador de experiencias de aprendizaje para la consecución de objetivos enmarcados en un contexto de colaboración, de relevancia, de auto-dirección, de mejora continua, de uso de tecnologías recientes y de formación integral (Martín, 2002).